Alimentarte bien no solo le da vitalidad a tu cuerpo, también enriquece tu espíritu.

Muchas veces seguimos una “dieta” buscando resultados rápidos, y aunque a veces los conseguimos, también puede sentirse agotador y restrictivo.

Pero eso cambia cuando aprendes a nutrirte sin reglas estrictas.

Desde que comencé a valorar realmente lo que como —priorizando alimentos con buenas fuentes de proteína— me siento con más energía, más liviana y alineada con mis objetivos físicos. Y lo mejor: disfruto cada bocado con gratitud, sabiendo que estoy cuidando de mí.

Descubrir esta nueva relación con la comida ha sido divertido, liberador… y por eso decidí compartirlo contigo. 👩🏻‍🍳🥗